ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES, ENVEJECIMIENTO Y EJERCICIO FÍSICO.

Niveles óptimos de actividad física y ejercicio conducen a una mayor supervivencia de las células cardíacas y desempeñan un papel eficaz en la prevención y el control de las enfermedades cardiovasculares en las personas mayores, al reducir las vías de señalización apoptótica y necrótica y mejorar la función mitocondrial.

Artritis reumatoide y ejercicio

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad articular inflamatoria crónica que en última instancia produce dolor, hinchazón y rigidez de las articulaciones. La AR afecta comúnmente a las articulaciones pequeñas, incluidas las articulaciones de las manos y los pies. Menos comúnmente afectadas son las articulaciones más grandes, incluidas la rodilla, el codo y el hombro. Con el tiempo, este daño articular da como resultado deformidades articulares y movilidad limitada. Las manifestaciones de la AR no son exclusivas de las articulaciones. En algunas personas, el corazón, los pulmones o los ojos se ven afectados. La progresión de la AR es variable.

Síndrome Metabólico y Ejercicio

El síndrome metabólico se define como un grupo de al menos tres de cinco factores de riesgo clínico: obesidad abdominal (visceral), hipertensión, triglicéridos séricos elevados, lipoproteínas de alta densidad (HDL) bajas y resistencia a la insulina.

Esclerosis Múltiple y Ejercicio

La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad autoinmune con carácter crónico y degenerativo del Sistema Nervioso Central (SNC) que afecta al cerebro y médula espinal, provocando la inflamación y desmielinización de la materia blanca.

Ejercicio y Cáncer

Llevar un estilo de vida activo y cumplir con las recomendaciones de actividad física reduce el riesgo de sufrir hasta 7 tipos de cáncer.

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