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EJERCICIO Y FIBROMIALGIA

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La prescripción de actividad física en pacientes con fibromialgia es fundamental ya que mejora su calidad de vida, su capacidad funcional y reduce el dolor.

Beneficios del ejercicio en fibromialgia:

Mejora de la calidad de vida:

El ejercicio regular puede mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes con fibromialgia, abordando no solo el dolor físico, sino también mejorando el estado de ánimo y reduciendo los síntomas de depresión y la ansiedad.

Reducción del dolor:

Programas de ejercicio aeróbico y de fuerza han demostrado reducir el número de puntos dolorosos y la intensidad del dolor general en pacientes con fibromialgia.

Aumento de la capacidad funcional:

El ejercicio mejora la capacidad funcional, lo que permite a los pacientes realizar actividades diarias con mayor facilidad y menos fatiga. Programas específicos de fortalecimiento muscular y ejercicios aeróbicos son particularmente beneficiosos.

Mejoras en el estado de ánimo:

La actividad física tiene efectos positivos sobre el estado de ánimo, ayudando a reducir los síntomas de depresión y ansiedad comúnmente asociados con la fibromialgia.

Mejora del sueño:

Ejercicios aeróbicos moderados y ejercicios en agua tibia pueden mejorar la calidad del sueño, lo cual es crucial dado que muchos pacientes con fibromialgia sufren de problemas de sueño.

Incremento de la resistencia:

Los programas de ejercicio aumentan la resistencia física, lo que permite a los pacientes aumentar su tolerancia ante los esfuerzos y mantener niveles de actividad física más altos sin exacerbar sus síntomas.

Tipos de ejercicio y sus efectos:

Entrenamiento de fuerza:

Estos programas pueden mejorar significativamente la fuerza sin aumentar el dolor.

Entrenamiento aeróbico:

Ejercicios aeróbicos de intensidad moderada, como caminar o nadar, pueden disminuir el dolor, mejorar la capacidad cardiovascular y aumentar la resistencia.

Ejercicios en agua:

La actividad física en el agua, especialmente en piscinas con agua tibia, permite aumentar la adherencia a la actividad física en estos pacientes debido al confort y el alivio que el medio acuático proporciona.

Programas combinados:

Combinaciones de ejercicios aeróbicos y de fuerza han mostrado ser los protocolos más efectivos. Permite mejorar tanto la salud física como mental de los pacientes, así como en reducir la fatiga y el número de puntos dolorosos.

Ejercicios de flexibilidad y relajación:

Actividades que combinan ejercicio físico con técnicas de relajación, como el Pilates o el Tai Chi, pueden ser particularmente beneficiosas para mejorar la flexibilidad y reducir el estrés.

En resumen, la inclusión de ejercicio físico en el tratamiento de la fibromialgia es fundamental. Los programas deben ser cuidadosamente diseñados y adaptados a las capacidades individuales de los pacientes para maximizar los beneficios y minimizar cualquier riesgo de exacerbación de los síntomas​​.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Casals, C., Sánchez, M. V., & Sánchez, J. C. (2011). Prescripción de actividad física en pacientes con fibromialgia. SEMERGEN-Medicina de Familia, 37(7), 360-366.

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