El dolor cervical se define como un conjunto de síntomas localizados entre la cabeza y los hombros. Se considera dolor cervical agudo si su duración es inferior a tres meses y se asocia principalmente a una causa traumática, como por ejemplo el latigazo cervical. Si se trata de un dolor inespecífico cuya duración persiste a largo plazo, se considera dolor cervical crónico. En algunas ocasiones, se relaciona con trastornos de la postura, cambios en la propiocepcióń y alteraciones mecánicas, pero en muchas ocasiones son dolores que no responden necesariamente a ninguna lesión o daño en los tejidos, y no es posible detectar ningún parámetro biológico o hallazgo estructural que justifique los signos y síntomas.
Se estima que la incidencia anual de dolor cervical oscila entre el 10,4% y el 21,3% y la prevalencia media en la población general es de un 23,1%. Esta dolencia representa en España la cuarta causa más frecuente de incapacidad laboral temporal.
DOLOR CERVICAL Y SINDROME CRUZADO SUPERIOR:
La región cervical es la zona más móvil de la columna vertebral y cuenta con un complejo sistema propioceptivo que contribuye a mejorar la funcióń sensorio-motora. Este sistema se encarga de garantizar una correcta orientación espacial de la cabeza y los ojos, permite realizar ajustes musculares y articulares previos a la adopción de posturas y garantiza una adecuada estabilizacióń postural durante el movimiento. Por esto, cuando existen alteraciones propioceptivas, se pierde la habilidad de mantener un adecuado centramiento articular, favoreciendo la aparición de alteraciones mecánicas y posturales.
Una alteración postural típica es la anteriorización de los hombros y el adelantamiento de la cabeza, que está presente en el 60% de los pacientes con dolor cervical crónico y se conoce como síndrome cruzado superior.
Los citados desórdenes propioceptivos se relacionan con frecuencia al estilo de vida moderno de nuestra sociedad, donde pasamos demasiadas horas sentados en la misma postura delante de una pantalla fomentando una flexión cervical mantenida, postura que somete a la musculatura cervical a cargas de trabajo 3-5 veces más altas para vencer las demandas gravitacionales, puesto que el cuello se posiciona con un mayor ángulo de flexión cervical con respecto a la posición fisiológica.
Esta alteración postural ocasiona desequilibrios musculares y es la causante de una activación muscular cervical asimétrica. Provoca un aumento de las fuerzas de compresión sobre las articulaciones apofisarias cervicales y la parte posterior de la vértebra. Algunos autores afirman que cada pulgada que la cabeza se adelanta, puede incrementar 2,5 veces el peso de la misma sobre la columna. Además, se ve alterada la relación longitud-tensión óptima de la musculatura cervical, ocasionando un déficit del reclutamiento muscular profundo, una reducción del rango de movimiento, una pérdida de fuerza y de resistencia muscular, hiperalgesia a la presión, y retraso del inicio de las respuestas motoras.
Por otro lado, esta postura genera una alteración de la movilidad de la caja torácica, ocasionando incluso alteraciones en el patrón respiratorio (como la reducción de la ventilación máxima voluntaria y de la presión inspiratoria máxima).
TRATAMIENTO CON EJERCICIO
Desde hace ya muchos años es conocido que el sedentarismo y la inactividad, incluso en las fases agudas del dolor, conllevan a un desacondicionamiento global que dilata en el tiempo la resolución de las algias vertebrales.
En los episodios de dolor cervical se debe intentar evitar la inmovilización prolongada y velar por una pronta incorporación a las actividades de vida diaria y laboral, siempre que no supongan una sobrecarga física contraproducente.
Los ejercicios de fortalecimiento específicos practicados de forma habitual, pueden ser beneficiosos en el dolor cervical crónico y la cefalea de origen cervical. Se deberían incluir en el tratamiento de estos cuadros clínicos ejercicios de fortalecimiento y de resistencia para la zona cervicoescapular y torácica e incluso de hombro, pudiendo mejorar así la función y disminuir el dolor. También los ejercicios neuromusculares de coordinación oculo-cervical y propioceptivos, pueden mejorar la sintomatología, sobre todo en pacientes que han sufrido esguince cervical.
¿QUÉ EJERCICIOS PUEDEN RESULTAR BENEFICIOSOSOS PARA REDUCIR EL DOLOR CERVICAL?
- EJERCICIOS RESPIRATORIOS: existen relación nerviosa entre la respiración y la zona cervical. El nervio frénico que inerva al diafragma (músculo principal en la respiración) se origina de la raíz del cuarto nervio cervical (C4), aunque también recibe un aporte de la tercera y quinta raíz cervical (C3 y C5). Un exceso de tensión puede alterar el patrón respiratorio al verse afectada la salida nerviosa. Puede resultar una intervención interesante incluir ejercicios de respiración diafragmática para tratar el dolor cervical.
- EJERCICIO DE FLEXIÓN CRÁNEO-CERVICAL O “DOBLE MENTÓN”: Existe relación entre la debilidad en los músculos flexores profundos del cuello y la aparición de dolor cervical. Una intervención eficaz es este ejercicio destinado a fortalecer los flexores profundos del cuello, como el largo de la cabeza y el largo del cuello (músculos importantes en el apoyo de la región cervical). Varios estudios han sugerido que este ejercicio mejora la capacidad de control de una postura cervical neutra, incrementa la fuerza de flexión cervical y puede reducir el dolor de cuello y la discapacidad asociada. No se debe confundir este ejercicio con una flexión de la cabeza normal, el movimiento de “doble mentón” es una flexión de las cervicales altas. Para ello, debes pensar en “acercar tu barbilla al esternón como si quisieras sacar papada”.
- EJERCICIOS DE EXTENSIÓN CERVICAL: la musculatura posterior del cuello está sometida a mucha tensión debido al peso de la cabeza en estas posiciones. Realizar ejercicios isométricos de extensión cervical y progresar a ejercicios dinámicos de extensión cervical combinados con extensión de hombros puede ser una opción muy útil.
- EJERCICIOS DE MOVILIDAD TORÁCICA: existe relación entre el raquis dorsal con el cervical. Las personas que tienen dolor de cuello suelen presentar menor movilidad a nivel torácico. Puede ser muy beneficioso realizar:
Ejercicios de extensión torácica con un foam roller
- EJERCICIOS QUE DEMANDEN UN ADECUADO RITMO ESCAPULO-HUMERAL: Alteraciones en la postura torácica suelen conducir a limitaciones en la movilidad escapular, lo que a su vez conlleva a una limitación en la movilidad del hombro. Incluir ejercicios que fortalezcan los estabilizadores escapulares o los rotadores externos es otra gran opción para reducir tu dolor cervical. Ejemplos interesantes son ejercicios como el “Foam Roller Wall Slide”, el “Band Pull Apart” o el “Wall Walk”.
Menudo artículo. Fantástico y mucho estudio. Gracias