Los beneficios del ejercicio en el cáncer de pulmón.

El ejercicio físico es una herramienta terapéutica esencial en el cáncer de pulmón. Numerosos estudios demuestran que programas de entrenamiento aeróbico, de fuerza y ejercicios respiratorios mejoran la capacidad pulmonar, aumentan el VO₂pico, reducen la fatiga relacionada con el cáncer, disminuyen la disnea y fortalecen la función muscular. Además, el ejercicio modula la inflamación, potencia el sistema inmunológico y favorece mecanismos anticancerígenos como la apoptosis celular. Es una intervención segura, eficaz y recomendada en todas las etapas del tratamiento: prehabilitación, quimioterapia y rehabilitación postoperatoria. Integrar ejercicio supervisado y adaptado mejora la calidad de vida, el pronóstico y la funcionalidad de los pacientes con cáncer de pulmón.

Los beneficios del ejercicio en el cáncer de mama.

El ejercicio físico en el cáncer de mama se ha consolidado como una herramienta terapéutica esencial respaldada por la ciencia. Numerosos estudios demuestran que la actividad física regular mejora la supervivencia, reduce el riesgo de recurrencia tumoral y disminuye los efectos secundarios del tratamiento oncológico. Además, el entrenamiento combinado de fuerza y ejercicio aeróbico favorece la salud cardiovascular, fortalece el sistema inmune y mejora la calidad de vida de las pacientes. Incorporar el movimiento como parte del tratamiento del cáncer de mama no solo es seguro, sino que puede marcar la diferencia en la recuperación y el pronóstico.

El diálogo entre músculos y huesos: Las mioquinas como mensajeros en la osteoporosis.

Descubre cómo tus músculos y huesos se comunican entre sí a través de las mioquinas, moléculas liberadas durante el ejercicio que fortalecen el tejido óseo y ayudan a prevenir la osteoporosis. Aprende el papel de la irisina, la IL-6, la miostatina y otras mioquinas en el diálogo músculo-hueso, y cómo el movimiento actúa como un potente estímulo endocrino que mejora tu salud desde dentro.

El ejercicio como medicina para la osteoporosis.

El ejercicio físico es una de las estrategias más efectivas para prevenir y tratar la osteoporosis. La evidencia científica demuestra que programas bien diseñados de entrenamiento de fuerza, ejercicios de impacto y actividad aeróbica con carga pueden aumentar la densidad mineral ósea, mejorar la fuerza y reducir el riesgo de fracturas. Gracias a los procesos de mecanotransducción y a la acción de mioquinas como la irisina, el ejercicio actúa directamente sobre el metabolismo óseo, estimulando la formación de hueso nuevo. Este blog explica cómo aplicar el ejercicio como medicina, qué tipos de entrenamiento son más eficaces, sus mecanismos biológicos y las recomendaciones prácticas para personas con osteoporosis. Descubre cómo moverte de forma segura y efectiva para cuidar tus huesos y mejorar tu calidad de vida.

Los beneficios del ejercicio en el sistema inmune.

El ejercicio físico fortalece y rejuvenece el sistema inmune. Descubre cómo la actividad física regular reduce la inflamación, mejora la defensa frente a infecciones, retrasa el envejecimiento inmunológico y previene enfermedades crónicas, según la evidencia científica más reciente.

Beneficios del ejercicio en la tendinopatía del supraespinoso.

El ejercicio terapéutico es el tratamiento más eficaz para la tendinopatía del supraespinoso. Descubre cómo los programas de carga progresiva, ejercicios excéntricos y estabilización escapular mejoran el dolor, la función y la salud del hombro según la evidencia científica más reciente.

Recomendaciones para fascitis plantar.

El ejercicio es clave en la recuperación de la fascitis plantar. Fuerza, estiramientos y técnicas activas reducen el dolor y mejoran la función del pie.

Los beneficios del ejercicio en el dolor cervical.

Descubre cómo el ejercicio terapéutico puede aliviar el dolor cervical y mejorar tu calidad de vida. La evidencia científica demuestra que el fortalecimiento, el control motor y los programas combinados son las estrategias más efectivas para reducir el dolor de cuello, recuperar la movilidad y prevenir recaídas.

¿Por qué el ejercicio es tan efectivo durante la menopausia?

Durante la menopausia, el ejercicio actúa sobre múltiples sistemas: regula neurotransmisores, reduce la inflamación y mejora la sensibilidad a la insulina. Estos efectos se traducen en menos sofocos, mejor salud muscular y ósea, mayor protección metabólica y cardiovascular y mejor función cognitiva. Una intervención integral y científicamente probada.

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